Dilma,'La nueva presidenta del Brasil, ha dado el visto bueno a la construcción de una planta hidroeléctrica enorme (la tercera más grande del Mundo).
Es la sentencia de muerte a todos los pueblos cercanos al río ya que la presa inundará 400.000 hectáreas de bosque. Más de 40.000 indígenas tendrán que buscar otro lugar donde vivir. La destrucción del hábitat natural, deforestación y la desaparición de multitud de especies es un hecho.'
Lo que conmueve y hace que algo se retuerza por dentro, lo que genera vergüenza de ser occidental es la impresión que tuvo el jefe de la comunidad Kayapo al enterarse de esa decisión, su gesto de dignidad y de impotencia ante el avance del progreso capitalista, la modernidad depredadora, la civilización que no respeta la diferencia
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